La preocupación por el medio ambiente y las presiones del mercado, están consiguiendo que los gobiernos de diferentes países y las organizaciones apuesten por políticas verdes.
La cuantificación de emisiones de gases efecto invernadero supone para una actividad económica una herramienta para conocer en qué situación ambiental se encuentra para establecer un plan de reducción de emisiones.
Esta minimización del impacto ambiental también supone una reducción de costes para las mismas haciéndolas más competitivas en el mercado.
El transporte es uno de los sectores que más emisiones de gases efecto invernadero emite a la atmósfera. Por ello muchas administraciones y empresas están acometiendo actuaciones para reducir su impacto ambiental.
¿A quienes afecta?
El 1 de octubre del 2013 en Francia entra en vigor la obligación para que los transportistas y operadores, tanto de pasajeros como de mercancías, calculen y comuniquen a sus clientes las emisiones de CO2 asociadas al transporte realizado. Esta obligación, recogida en la ley “Grenelle II” abarca a los diferentes modos de transporte: carretera, ferrocarril, marítimo, fluvial y aéreo, así como a todos los transportes con origen o destino en Francia (que incluya carga y descarga en dicho país).
¿Qué hay que comunicar?
El proveedor debe proporcionar al destinatario del servicio la cantidad de CO2 emitido por la actividad del transporte. La información debe ser dada en valor absoluto en kilogramos, gramos o de toneladas de CO2.
La forma de realizar esta comunicación, en principio es libre, aunque es aconsejable que sea por escrito. Se plantean diferentes opciones como realizarla a través de la factura del servicio, en un documento específico, por correo o a través de un sitio web de Internet. Además, la ley permite la posibilidad, de verificar el cálculo de emisiones a través de un tercer agente independiente.
La huella de carbono, herramienta de cálculo de emisiones
El cálculo de emisiones de CO2 se traduce en el cálculo de una huella de carbono. La huella de carbono es la cuantificación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que son liberadas a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad, servicio o producto.
Para una empresa de transporte, la huella de carbono es la cantidad de emisiones que se generan como consecuencia del desarrollo del servicio de transporte, principalmente por las emisiones que provienen del consumo de combustible de los vehículos. En muchos casos, las compañías de transporte realicen un cálculo global y en su huella de carbono también introducen las emisiones provenientes de sus instalaciones como talleres, oficinas, etc.
Además, la huella de carbono es el primer paso para establecer una política de reducción de emisiones, ejecutando diferentes actuaciones, desde la optimización de rutas, adquisición de vehículos más eficientes pasando por la sensibilización ambiental y energética a los empleados, entre otros.
Beneficios del cálculo de emisiones
El cálculo de la huella de carbono supone múltiples ventajas para una empresa, especialmente para el sector transporte, entre las que se destacan:
• Ajustarse a la normativa impuesta por Francia.
• Ventajas competitivas en el mercado nacional e internacional: cada vez más empresas solicitan el cálculo de la huella de carbono a sus proveedores
• El cálculo de la huella de carbono es el primer paso para establecer una estrategia de reducción de emisiones que supone una reducción en el consumo energético y por tanto en costes económicos
• Consolidación de la imagen de la empresa.
• Demostrar su compromiso de responsabilidad empresarial y medioambiental.
• Elemento de marketing y comercial: transmitir el compromiso por la sostenibilidad.
• Reducción de emisiones en un sector con gran impacto ambiental.
La huella de carbono en España
No sólo en Francia se está fomentando este tipo de políticas medioambientales, desde España, a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se está
desarrollando el “Real Decreto por el que se crea el registro único del sistema voluntario de cálculo de la huella de carbono, su reducción y compensación por absorciones de dióxido de carbono”. Esta normativa se espera que sea aprobada a principios de este año 2014.
Esta regulación creará un registro nacional para que todas las empresas que calculen su huella de carbono puedan registrarla oficialmente y por ello, recibirán un "sello nacional de reconocimiento" del Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Agricultura. Además, se quiere incentivar y fomentar que las organizaciones lleven a cabo medidas de reducción y de compensación de emisiones.
Se prevé que aquellas empresas que calculen su huella de carbono y ejecuten medidas de reducción de emisiones de gases efecto invernadero cuenten con ventajas fiscales y obtengan ventajas competitivas en determinados concursos de la Administración Pública.
En resumen, el cálculo, la comunicación y la reducción de emisiones de gases efecto invernadero es una de las estrategias verdes que más se están aplicando en las organizaciones para ofrecer un servicio de movilidad más sostenible. En España ya
existen muchas compañías de transporte que cuentan con su huella de carbono y están acometiendo mejoras para reducirla; pero aún queda mucho camino por recorrer.
Autor: Elena Santamaría García, Responsable de Sostenibilidad de SinCeO2, Consultoría Energética, S.L