El informe de los expertos propone un encarecimiento del gasóleo del 28,6%, y además esto supondría también un incremento en el impuesto de circulación de los vehículos que funcionan con diésel. El documento plantea también una subida del gas del 5,8% y un aumento del precio de la gasolina del 1,8%, frente a un abaratamiento de la electricidad en un 6,8% para el consumidor doméstico.
Las empresas de transporte de viajeros por carretera se muestran contrarios a esta “brutal subida de la fiscalidad del diésel que supondría un grave impacto en el sector, ahogando a las empresas transportistas que no pueden asumir ese coste extra”, afirma el presidente de Atedibus, Manuel Gutiérrez Zambruno.
Los expertos consideran que estas modificaciones de precios son coherentes y necesarias para impulsar la descarbonización de la economía.
En el asunto de movilidad sostenible el Informe asegura que el transporte ha sido el gran responsable del incremento de las emisiones de gases a la atmósfera, y analiza el parque de vehículos eléctricos.
“Estamos totalmente de acuerdo en la transformación energética y gracias a las nuevas tecnologías los autobuses han reducido notablemente la emisión de gases, y además suponen un ahorro energético y de contaminación frente a los vehículos privados, equiparando la emisión de 1 autobús a la de 50 coches”, afirma Zambruno, sin embargo proponen “que se busquen otras alternativas que sí fomenten la introducción de vehículos eléctricos con garantías, y no solo subir los precios del gasóleo pensando que así todas las empresas cambiarán su flota para comprar autobuses eléctricos”.
Su introducción en el sector del transporte de viajeros por carretera no está implementada ya que está muy condicionada por su coste y la evolución tecnológica de las baterías.
