¿Cómo vivieron la llegada de la pandemia?
Fue un duro golpe. Las empresas pasaron de estar trabajando prácticamente al 100% a tener los autocares parados. Nosotros, por ejemplo, teníamos más de 200 trabajadores antes de que comenzara en marzo y, sin embargo, en el mes de septiembre solo contábamos con 5 de ellos. En ese momento, tomamos la decisión de tratar de convivir con el virus y volver a tener actividad porque no se veía con claridad una fecha para el fin de la pandemia. Comenzamos a realizar algunos servicios de transporte escolar y para centros especiales.
¿Y cómo han evolucionado esos servicios?
Pues hemos debido de hacer bien las cosas y eso se ha notado en la confianza de muchos clientes. Grupo Chapín fue de las primeras empresas que implementó los protocolos anti Covid y nos tomamos muy en serio la formación de nuestro personal. Estamos convencidos de que con todas las medidas tomadas, el transporte público es seguro. Nuestros autocares ofrecen la máxima garantía de ello y así queremos transmitirlo a la sociedad. El usuario debe saber que viajar en autobús es seguro. Creo que hemos sabido transmitirlo y, estuvimos, realizando alrededor del 75% de los servicios de traslado de los equipos de fútbol de primera y segunda división en la Comunidad de Madrid durante la pasada temporada. Si somos capaces de hacer eso, también podemos llevar el mismo mensaje de calidad y seguridad a los padres para que contraten sus rutas escolares. Ya hemos vuelto también a tener viajes del Imserso y circuitos por Europa. Todos ellos, con el menor índice de contagios, debido a las medidas implementadas. Sin duda, nuestros conductores han actuado muy bien y han seguido las pautas de una manera excelente.
¿Es usted entonces positivo respecto a la situación?
Me gustaría decirle al sector discrecional que es posible. Siempre que apliquemos los protocolos, estrategias y formación idónea, claro. El miedo inicial ha ido cambiando porque hay que seguir viviendo en un mundo que todavía sufre una pandemia, pero se pueden buscar siempre nuevos mercados y también podemos profesionalizarnos más. Por ejemplo, nosotros hemos adaptado nuestra oferta a las nuevas necesidades. Ahora hay muchos más grupos reducidos. Los turistas viajan con su grupo burbuja. Para ese tipo de transfer y desplazamientos pequeños hacen falta vehículos adecuados, lógicamente.
Ante el recién iniciado conflicto bélico en Ucrania, ¿cómo cree que afectará al sector?
Muy negativamente, porque el conflicto va a suponer una nueva subida de los combustibles, que ya habían experimentado una gran subida. Hay que tener en cuenta que también faltarán materias primas y se encarecerán las baterías, los neumáticos, las lunas… También será más caro comprar vehículos y teniendo en cuenta la subida de los tipos de interés, los créditos serán también más costosos. Si el combustible sube un 10% hay que repercutir esa subida una media del 2% al 3% de manera lineal en todos los servicios contratados para poder cumplir correctamente con la amortización de los vehículos. Por ello, consideramos que necesario y urgente que la Administración realice un Real Decreto Ley en el que se puedan revisar los contratos existentes de manera temporal, donde incrementar la subida del gasóleo.
Entonces, ¿han seguido ustedes mejorando su flota a pesar de la pandemia?
Entre 2021 y 2022 hemos incorporado 16 vehículos nuevos. Nosotros no hemos dejado de comprar porque tenemos que ser fieles a nuestra filosofía de calidad, de darle lo mejor al cliente y no dejar que la flota envejezca.
Entre las unidades nuevas hemos comprado dos Mercedes-Benz eVito. Son para nuestro servicio VTC, que destinamos solo a grupos muy reducidos. Hemos apostado en este caso por la propulsión eléctrica porque la sostenibilidad también está entre nuestros pilares fundamentales. Estos coches tienen una autonomía de alrededor de entre 300 km y 400 km, según las circunstancias. Para los autocares, optamos por motores Euro 6 D, la tecnología más eficiente que podemos adquirir en nuestro caso, porque aún no han desarrollado suficientemente otro tipo de propulsión que se adapte a las necesidades reales del discrecional, como sí ocurre en otros segmentos.
¿Qué tipo de servicios harán los nuevos autocares?
Básicamente cualquiera de los que nos contraten, da igual que sea transporte oficial para deportistas, un colegio o un grupo grande de turistas, Grupo Chapín tiene un estándar de calidad alto y lo ponemos a disposición de todos los usuarios, independientemente de quién sea.
¿Han recuperado casi el total de su actividad ya?
Nosotros hemos vuelto a tener en plantilla a 190 personas y nuestra flota ha crecido hasta tener ya más de 130 vehículos. No podemos decir que estemos totalmente recuperados económicamente, pero casi. Parte importante de la recuperación ha sido el uso de minibuses. Es un tipo de vehículo fundamental para el turismo, no sólo para reuniones y congresos o transfer, sino como decía antes, para los grupos más reducidos, que van en aumento.
¿Qué quedará de la pandemia en el discrecional del futuro?
En realidad, creo que quedará la experiencia adquirida, los protocolos para actuar con rapidez en caso de rebrote o la llegada de otro virus o también los dispositivos como el dispensador de gel hidroalcohólico, por ejemplo. Supongo que se quedarán a modo de prevención.
Y en cuanto a la digitalización, ¿cómo está actuando Grupo Chapín?
Hemos digitalizado todos los procesos. Hacemos las gestiones internas y externas vía móvil o pc, se ha descartado el papel. A día de hoy, podemos facilitar cualquier tipo de información necesaria gracias a nuestro sistema de gestión de flotas, tanto informes para nuestro control y trabajo diario como para los clientes. Con el GPS y nuestra aplicación somos capaces de dejar tranquilos a los padres, que pueden saber dónde está su hijo en cada momento, si ha subido al autobús escolar o si llega con retraso a la parada de recogida … También ofrecemos a los clientes wifi a bordo. Es útil para ellos y también para nosotros, que podemos conocerle mejor el perfil de nuestros usuarios a través de sus gustos y preferencias para seguir mejorando nuestra oferta de servicios. Pero a toda la tecnología que hemos puesto al servicio del cliente, añadimos el trato personalizado y humano. No vamos a dejar de ofrecer nuestro contacto vía web ni la atención al cliente 24 horas vía telefónica. Siempre hay alguien en el departamento de tráfico, una persona al otro lado para resolver dudas o incidencias. Eso es un valor añadido: la persona tras la tecnología.
¿Va a seguir creciendo Grupo Chapín?
Por otro lado, creo que las empresas deben prepararse para dejar de ser pequeñas. La pyme siempre recoge menos a pesar de tener que esforzarse mucho más, porque al final la misma persona tiene que hacer casi de todo. Nosotros miramos siempre al futuro con el objetivo de crecer, incluyendo en nuestra estrategia la adquisición de otras empresas. Lo que tenemos muy claro es que no subcontratamos. Cuando prestamos un servicio tenemos que garantizar unos altos estándares de calidad, que es lo que se espera de nosotros. Si algo se escapa a ese nivel de excelencia, no estaríamos cumpliendo nuestro objetivo. Todos nuestros vehículos llevan asientos de piel, reposapiés, wc… A pesar de su equipamiento, son polivalentes y pueden hacer cualquier tipo de servicio. Cuando los distinguimos como VIP es porque son los más nuevos, pero nada más. Tenemos una flota que ofrece desde coches VTC hasta autocares de 70 plazas y casi la mitad está preparada para el transporte de personas de movilidad reducida. Por algo somos elegidos como principal proveedor de transporte para los colegios y red de residencias públicas de la Comunidad de Madrid.
Mientras que otros ven en el hecho de ser empresa familiar una debilidad, Grupo Chapín lo entiende como una fortaleza por el gran conocimiento que nos da del cliente al estar siempre cerca de él. Así lo he vivido yo, al menos, en mis más de 30 años de experiencia. Aprovechando esa ventaja, la pyme familiar puede ser mucho más competitiva que otro tipo de empresas.
¿Qué les diría a sus compañeros del sector discrecional?
El transporte discrecional está acostumbrado a realizar servicios de Transporte Regular de Uso Especial. Al traslado de colegios y residencias se unen las rutas de empresa. Todo ello, no dejan de ser líneas estables, igual que las que realizan las empresas de Transporte Regular. A nuestra experiencia haciendo rutas regulares, sumamos también el know how del discrecional, la gestión de traslados turísticos y excursiones de un día para otro o con apenas horas de aviso. Movemos cada año entre 7 y 8 millones de viajeros. Somos muy importantes para el negocio del turismo que, sin duda, es el principal motor de la economía de nuestro país. Sin autocares no hay turismo de grupo. La Administración debe volcarse más con el discrecional. Además, somos un sector acostumbrado a ajustarse a la demanda por completo, y en tiempos como los que corren, con importantes variaciones de usuarios, es un punto a nuestro favor. El Consorcio de Transportes de Madrid deberían tenerlo en cuenta y sacar a concursos sus líneas de manera que podamos participar todos. También creo que la liberalización total del transporte público beneficiaría al viajero, que tendría un mejor servicio de las empresas. Pero, antes de terminar quiero insistir en que el autobús es muy seguro y lo sabemos todos. El sector debe aprender a valorarse a sí mismo porque somos la última milla de calidad y, además, somos esenciales. En cuanto a la crisis que se avecina con el conflicto de Ucrania, les digo que es momento de que el sector se una y colabore y tengamos en cuenta que hay que repercutir esta subida de costes, como ocurre ya en otros productos. La situación va a ser complicada porque si los ciudadanos tienen más gastos en su día a día, van a recortar en los paquetes turísticos y puede que veamos además una bajada de trabajo.