La denominada Zona de Baja Emisión (LEZ, siglas en inglés), como se conoce a la normativa, tiene el objetivo de reducir las emisiones de gases contaminantes en el llamado Gran Londres, que abarca al centro de la ciudad y sus alrededores. Esta disposición es distinta de la tarifa diaria -de ocho libras (unos 10,5 euros)- que todos los automovilistas deben pagar por ingresar en el centro de esta capital. Los responsables de vehículos pesados que contaminen y no paguen el LEZ serán multados con mil libras (unos 1.320 euros). La Asociación de Transporte de Carretera estima que casi 20.000 camiones se verán afectados por la disposición. Este nuevo régimen utilizará las cámaras de circuito cerrado de seguridad instaladas en Londres para registrar la entrada de los vehículos más pesados y verificar cuáles son los más contaminantes. El alcalde Livingstone ha señalado que LEZ está pensada para animar a los responsables de camiones y autobuses a renovar sus vehículos.
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