Desde entonces, los conductores de los servicios internacionales que efectúen transportes ocasionales podrán trabajar, bajo ciertas condiciones, hasta 12 días consecutivos antes de hacer uso de su descanso semanal, que será de un mínimo de 45 horas. El reglamento está llamado además a simplificar los procedimientos de autorización que los Estados conceden a los transportistas que efectúan servicios regulares. Para ello, introduce una autorización única que permitirá a los titulares desarrollar transportes regulares en el territorio de todos los países de la Unión por donde transcurra su itinerario. Este permiso tendrá una validez máxima de cinco años y podrá ser retirado en caso de infracción grave de las normas europeas sobre transporte o seguridad vial.
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