Jesús M. Zarzuela Sánchez, Gerente de la Fundación Transporte y Formación, en su ponencia “Capacitación profesional de transportista: análisis y propuesta de mejora formativa del gestor de transporte por carretera” explicó los puntos claves.
En primer lugar, el examen escrito obligatorio, que sigue siendo la vía ordinaria para la obtención del certificado de aptitud profesional, se ajusta plenamente a las disposiciones establecidas en el Reglamento 1071/2009 y desde la Fundación no se considera que sean necesarias modificaciones relevantes. Respecto de la posibilidad de completar el examen escrito con un examen oral no se considera necesario ni oportuno su establecimiento.
Con carácter general, para el acceso a las pruebas de capacitación profesional, Zarzuela aseguró que los aspirantes deberían estar en posesión de, al menos, una titulación equivalente a la de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y haber realizado un curso de formación obligatoria previo a las pruebas sobre las materias que componen el programa de capacitación.
Esta formación debería ser impartida por centros autorizados, que cumplan los requisitos establecidos al efecto. La propuesta tiene en cuenta aspectos como la duración del curso, las materias que se deberían impartir, las modalidades formativas, proponiendo que al menos, el 40% del curso se realice de forma presencial, los requisitos de los formadores, o el número de alumnos por curso. También se recomienda la realización de dos convocatorias anuales de examen.
No obstante, podrán quedar exentos de la realización del curso de formación obligatoria previo quienes dispongan de una titulación equivalente o superior al Bachillerato o al título de Técnico de F.P. de grado medio, quienes podrían acceder directamente al examen.
También se propone la exención de la realización del examen, y el reconocimiento de la capacitación profesional, para aquellas personas que posean la Titulación de Técnico Superior en Gestión del Transporte o la de Grado en Ciencias del Transporte y la Logística.
Por último, desde la Fundación se apuesta por la implementación de un sistema de formación periódica obligatoria cada 10 años y de formación de actualización para quienes lleven cinco años sin ejercer la actividad.