Por todo ello, la asociación da recomendaciones básicas para los conductores:
Para evitar la sensación de sopor y somnolencia hay que mantener fresco el interior del vehículo y evitar las comidas copiosas antes de conducir. Lo más aconsejable es comer alimentos ricos en proteínas y vitaminas y baja en grasas.
Según indica ANAES, al alcanzar en el habitáculo del vehículo los 35 grados, el número de errores al volante crece un 30% y aumenta un 20% el riesgo de accidente.
Se recomienda poner el aire acondicionado 10º por debajo de la temperatura ambiente del vehículo para que descienda y después subirlo hasta que alcance una media de 22-24ºC.
La deshidratación provoca, no sólo fatiga, sino también irritabilidad, que baja la atención y la capacidad de reacción ante imprevistos. Por ello, el conductor debe hidratarse con frecuencia. De hecho, en las paradas debe beber agua, pero también caminar un poco. Durante la conducción se recomienda también tomar agua o zumos naturales con cierta frecuencia, sin esperar a tener sed.
Para evitar los reflejos de la intensa luz del verano, ANAES indica que el conductor debería usar gafas de sol, sobre todo a primeras y última hora del día.
Ropa del conductor. Sobre la vestimenta, lo ideal sería que fuera cómoda y fresca. El calzado adecuado es el que se ajusta al pie con comodidad para controlar bien los pedales.
Y para los pasajeros también hay recomendaciones:
Los consejos de la asociación son para todos los pasajeros del vehículo, con especial atención en niños y personas mayores.
Deben evitar la somnolencia, fatiga, calambres musculares, bajadas de tensión o agotamiento. Para ello, al realizar las paradas, deberían estirar las piernas y no volver a sentarse en el exterior del autobús. También es necesaria la hidratación frecuente, principalmente con agua, evitando las paradas carbonatadas o el café, que aumentan la presión arterial.
