Quizá también por los efectos de la crisis, el año pasado se eligieron viajes de menor distancia.
Cabe destacar que frente a estas malas cifras, los viajes en autocar han ganado posiciones y se han colocado los terceros, por delante del ferrocarril. El avión ha perdido la mitad de pasajeros, el ferrocarril ha retrocedido y el coche sigue siendo el rey.