El siguiente paso en este proceso es la negociación de un acuerdo entre el PE y los Estados miembros del UE.
En la primera fase, se aplicará reducciones de sonido a los nuevos modelos de vehículos y en la segunda a todos los vehículos nuevos que entren en servicio. Asimismo, el texto aprobado propone introducir nuevos límites a los seis y ocho años a partir de su entrada en vigor.
El límite para los coches estándar se reducirá de 74 a 68 decibelios y a los vehículos más potentes sólo se les permitirá un margen de 2 o 6 decibelios extra. El límite para los camiones pesados (de más de 12 toneladas) se mantendrá en los 81 decibelios.
Para que los posibles compradores conozcan el nivel sonoro de los nuevos vehículos de motor, el reglamento propone la introducción de un sistema de etiquetado similar al que se utiliza para indicar el consumo de combustible, el ruido de los neumáticos y las emisiones de CO2.
Otro tema de preocupación reflejado en el reglamento es que el motor de los coches eléctricos e híbridos es tan silencioso que puede suponer una amenaza para los peatones. Por ello, los eurodiputados han propuesto el desarrollo de «sistemas de alerta acústica de vehículos» (AVAS).
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