El último icono de Pegaso

Tras más de 20 años trabajando sobre estructura monotral, Pegaso quisó actualizar el aspecto de unos autobuses que habían quedado anticuados, especialmente frente a la competencia que empezaba a llegar con la incorporación de España al mercado común. Para mantener su elevada cuota de mercado,  inició una colaboración con el fabricante alemán MAN que se tradujo en el nuevo modelo 6420. La primera serie de prototipos llegó a piezas en 1984 a Barcelona, que fue la primera ciudad que los tuvo en servicio de forma experimental. Esta primera versión tenía la carrocería original MAN SU200, aunque fue equipado con un motor Pegaso de 12 litros, tarado a 200 CV.
 
Para su producción en serie se encargó al carrocero Obradors un rediseño, que tendría como resultado el célebre aspecto de los Pegaso 6420, más angulosos que el prototipo. Además, para subsanar las deficiencias de un motor que -según los expertos- se sobrecalentaba demasiado, unos años más tarde se creó el modelo 6424, cuya única diferencia era el motor turbo de 240 CV.
 
 
Su presencia en Madrid y Barcelona
 
Los Pegaso 6420 y 6424 han circulado en numerosas ciudades españolas, aunque posiblemente donde hayan tenido más protagonismo es en Madrid y Barcelona. La capital únicamente contó con dos ejemplares de 6420 –el 6000, que llegó en 1986 y el 6001, en 1988-, ambos con carrocería fabricada por ENASA. En cambio, la incorporación del modelo más potente sirvió para sustituir a los Pegaso 6038 y 6050 que circulaban por la ciudad. La carrocería que montaban era la U-90 de Unicar, y se ubicaron en las series 751-915, 1074-1200 y 1601-1766, y su entrega finalizó en 1993. Además, en 1994 se recepcionó la serie 1-165, con una carrocería ligeramente diferente (aunque también Unicar, la U-90.1). Estos autobuses, la mayoría de los cuales pertenecían a la cochera de La Elipa, empezaron a retirarse en el año 2000, y el último circuló hasta 2005.
 
Por su parte, en Barcelona los primeros cinco Pegaso 6420 -aparte de los prototipos- se entregaron durante los primeros días del mes de febrero de 1988, siendo numerados de 5000 a 5004. Se diferenciaban del contingente que vino después por sus ventanas correderas, además de no estar equipados con aire acondicionado en su origen, y fueron los primeros autobuses de la ciudad condal en lucir indicador de línea electrónico. Entre 1988 y 1991 se recibieron un total de 179 vehículos de este modelo, agrupados en las series 5000-5089, 5100-5154, 5300-5333. Como curiosidad, cabe destacar que los vehículos 5056 al 5059 eran Pegaso 6424, los únicos que han circulado por la ciudad. Todos los autobuses estaban carrozados por ENASA, y aunque los últimos circularon hasta 2005, algunos de ellos han tenido 'segundas vidas', ya sea como donaciones a países en vías de desarrollo, transformación en vehículos portadores de bicicletas (el servicio 'Ciclobús' de TMB) o traspaso a entidades como la Universitat Autònoma de Barcelona.
 
  
Pieza de coleccionista
 
Tras desaparecer en las grandes ciudades, en los últimos dos años los Pegaso 6420 y 6424 han ido retirándose progresivamente, quedando testimonialmente en algunos municipios para líneas especiales o como vehículos de reserva (es el caso de Terrassa, por ejemplo). Además, la creciente concienciación preservadora ha impulsado tanto a empresas como a asociaciones para la conservación de algún ejemplar. De este modo, la EMT de Madrid ha preservado el Pegaso 6424 nº 119, mientras que TMB ha hecho lo propio con los Pegaso 6420 nº 5000 (que ya cedió en 2002  al Museu del Transport) y el 5139, que tras su retiro estuvo unos meses como vehículo de prácticas para nuevos conductores de la empresa. Asimismo, de cara al futuro Museo de la Movilidad, también se conserva uno de los prototipos, adquirido en su día por el Ayuntamiento de Barcelona (curiosamente, no fue ninguno de los que circuló en la ciudad condal en 1985).
 
  
Su significado histórico
 
La aparición de los Pegaso 6420 y 6424 significó el pasó a un nuevo concepto de autobús, que incorporaba novedades destacadas en la época como un motor trasero horizontal,  cartel luminoso,  aire acondicionado de serie y una altura cada vez más próxima al piso bajo que, paradójicamente, ha sido el causante de su retiro definitivo. Pero, sin duda, el factor más destacable de estos modelos es que con ellos se cerró el telón de una marca que vivió una época de gran esplendor, y que a día de hoy es recordada con nostalgia por pasajeros, conductores y aficionados.