Perfil: José Luis Pertierra, Director de Fenebus

Al servicio de los operadores

Si de algo se siente orgullo José Luis Pertierra es de haber trabajado desde el primer día que entró en el sector del transporte con la misma ilusión y entusiasmo en la defensa de los intereses de los transportistas. “He tenido la satisfacción de poder cumplir con mi obligación” nos dice este asturiano que nació en Tineo el 2 de febrero de 1946.
 
Su formación como Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, en la promoción 1965-1970,  le ha servido para ayudar y asesorar a los operadores que forman parte de Fenebús. Estudió también Contabilidad General y Análisis Económico-Financiero, Derecho del Trabajo y Derecho Comunitario, entre otras disciplinas. La más curiosa quizá el seminario de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra sobre ¿Cómo reinventar revistas con éxito en tiempos económicamente difíciles?
 
La creación de Fenebús el 1 de enero de 1978 es la fecha más señalada dentro de su trayectoria profesional. La otra fecha que recuerda sin titubear un segundo es el 1  de junio de 1973, el día que llegó al sector del transporte de viajeros. Y por cosas del destino, fue ese día el mismo en que entró en vigor el primer decreto sobre circulación de vehículos destinados al transporte escolar, el 1044/1973.
 
En esos años trabajaba para el Servicio Comercial de Autobuses, una entidad sindical con fondos propios que se encuadraba dentro de la Unión Nacional de Empresarios del Sindicato Nacional de Transportes y Comunicaciones. Después fundaría Fenebús al amparo de la nueva Ley de Ordenación Profesional y Sindical del 77.
 
A José Luis le gusta lo que hace y se nota. Siente que el trabajo de los representantes asociativos “es una labor social” porque fundamentalmente tienen la misión de ayudar en las consultas, en las gestiones… “Estamos para servir a los demás”, dice rotundo.
 
No se arrepiente de nada de lo hecho y asegura estar “no orgulloso, sino orgullosísimo” de la labor que desarrolla. Lo que sí le da un poco de pena es que “no fuera más largo el día para poder hacer más cosas”.
 
Y efectivamente, le faltan horas. A su trabajo diario hay que sumarle su interés por conocer el mundo, viajar lo más lejos posible para conocer otros lugares y otras gentes.
 
Casado, con una hija y ahora también una nieta, Pertierra nos habla de sus otros grandes amores, la vida en el campo y la pesca. Este hombre activo vive el presente: “cuando sea mayor pensaré lo que quiero ser”. Hasta que lo decida, que todavía queda, todos sabemos lo que es ahora, un gran profesional.

 Siente que el trabajo de los representantes asociativos “es una labor social” porque fundamentalmente tienen la misión de ayudar. 

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