Nació en Piles (Valencia) el 15 de Enero de 1954, pero desde muy joven su vida y su carrera se vincularon a la ciudad de Córdoba. Allí se hizo Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Córdoba.
Su carrera empieza en Barcelona como auditor financiero en la empresa Deloitte en 1978, aunque echaba de menos Andalucía, por lo que mantenía contactos con sus antiguos amigos de allí, los mismos que le informaron de la existencia de oposiciones a jefe de Personal y Subdirector financiero de la empresa municipal de transportes de Córdoba. No lo dudó y se presentó, siendo seleccionado a primeros de 1982. Sólo ocupó la plaza seis meses ya que el Director-Gerente de la compañía dimitió y desde entonces está él en el cargo.
Vicente no ha dejado de formarse nunca, a ello ayudó que sea desde Octubre de 1982 profesor de la Facultad de CC. EE. y Empresariales de E.T.E.A. en Córdoba donde ha impartido asignaturas de Auditoría Financiera, prácticas de Dirección Estratégica y actualmente de Negociación.
Le tocó vivir una época como directivo de un sector en el que “casi todo estaba por hacer”. Recuerda que a principio de los años 80 comenzó a conocer a los demás responsables del transporte: “Vivíamos atrincherados en nuestras empresas y poco a poco, fuimos creando formas de comunicación y puesta en común de prácticas de gestión en este sector de transporte colectivo urbano que sigue muy desconocido para muchos de los agentes sociales y políticos que ejercen poder sobre él, ya que está sometido a fuertes condicionantes y obligaciones de todo tipo mientras compite con el rey de la movilidad: el automóvil”. De esta relación nació ATUC, de la que fue presidente seis años y actualmente pertenece a su Comisión Ejecutiva. En todo este tiempo ha conocido mucha gente que ha confiado y sigue confiando en él, eso le enorgullece.
Gran aficionado al dibujo y al flamenco tiene claro que su mayor pasión es su familia: su mujer y sus dos hijos de 11 y 14 años. “Me siento padre y marido de vocación y eso que empecé muy tarde. Mi tiempo fuera de mis obligaciones profesionales es de ellos y no hay cosa que me guste más que viajar con ellos”.
En el balance de su vida, no se arrepiente de nada y confiesa: “Pienso que la vida es un proceso donde todo está interrelacionado, donde interviene algo así como el concepto del “efecto mariposa” pero de índole personal, por lo que no me atrevo a plantear ningún cambio hacia atrás ya que posiblemente dejaría de existir como hoy soy”. Y seguramente está en lo cierto. Ese efecto mariposa debió llevarle de Valencia a Córdoba para algún día poder dirigir el transporte de la ciudad con la mezquita más bella y flamenca.