Para ello, ha desarrollado una coraza de acero inoxidable muy ligera gracias a sus componentes de fibra de carbono. A pesar de su bajo peso es más resistente, aportando durabilidad. Con ella se evita tratamientos contra la corrosión y se suma seguridad al vehículo.
El equipo de Integralia ha trabajado más de un año en el proyecto. La estructura ha superado todos los test de seguridad, entre ellos el Reglamento 66/02 de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE) para la homologación de vehículos de grandes dimensiones para el transporte de pasajeros por lo que respecta a la resistencia de su superestructura.
Se han llevado a cabo muchos ensayos de torsión, fatiga, simulaciones con diferentes escenarios y test virtuales hasta conseguir la solución definitiva, que reduce las dimensiones de los perfiles aumentando la seguridad del microbús.
En el diseño se ha tenido en cuenta la posición de todos los pasajeros para potenciar al máximo la habitabilidad y visión en todas las plazas, consiguiendo así un viaje más confortable y seguro para los pasajeros.
