FENEBUS, a principios de año, puso en conocimiento de la Administración la competencia desleal que supone para las empresas de transporte por carretera la actividad desarrollada por las plataformas digitales dedicadas a la mediación entre conductores y clientes para compartir viaje en los trayectos elegidos, como Blablacar en servicios interurbanos y ahora Uber en urbanos.
FENEBUS, desde el primer momento, reivindicó una normativa específica reguladora de esta nueva modalidad de transporte con exigencias, tanto para las empresas o agencias de mediación como para los conductores que ponen sus vehículos a disposición de aquéllas y los usuarios que también colaboran con el negocio.
FENEBUS no tiene nada que objetar contra el consumo colaborativo con carácter ocasional sino contra el habitual y de forma reiterada, que convierte a las personas que participan en él en profesionales del transporte y que, al no contar con la oportuna autorización administrativa, son ilegales porque transportan viajeros de forma regular, reiterada y habitual sin ajustarse a la normativa vigente.
Según el comunicado de la asociación, si entidades como Blablacar perjudican a las empresas de servicios regulares, al restarles clientes, otras plataformas como Uber convierten a los conductores inscritos en las mismas en auténticos conductores de vehículos similares a los taxis, que al no contar con la oportuna autorización y licencia son ilegales. Por ello, FENEBUS apoya incondicionalmente las reivindicaciones de todas las agrupaciones del taxi en defensa de sus derechos y del cumplimiento de la Ley en el sector del transporte de viajeros, tanto en vehículos de más de 9 plazas –autobuses- como de menos –taxis-.