Compartir coche vs el negocio de compartirlo

El transporte de viajeros contra el mal entendido “consumo colaborativo”

El consumo colaborativo se ha asentado rápidamente en la sociedad gracias a las plataformas digitales y quizá como concienciación de la necesidad de otro modelo tras la gran crisis económica vivida en todo el mundo. La cuestión es qué actividades se pueden considerar consumo colaborativo y cuáles no.

El sector del transporte de viajeros no es el único que está sufriendo las consecuencias de la aparición de plataformas on line que comercializan servicios bajo el paraguas del consumo colaborativo. En el sector de la hostelería y la restauración por ejemplo, también han surgido movimientos de alquiler de casas particulares a modo de hotel o restaurante. Y la tendencia va en aumento.

¿Qué es realmente el consumo colaborativo?
El sistema de economía colaborativa se basa en el intercambio de bienes y servicios o en la posibilidad de compartirlos, o darles una segunda vida. El objetivo es administrar mejor los recursos de la sociedad consumiendo con más responsabilidad, atendiendo a la necesidad real y no al despilfarro. La aparición de las redes sociales y las plataformas on line ayuda a que grupos de personas desconocidas puedan relacionarse e interactuar para optimizar sus recursos.
¿Cuál es el problema entonces?
En muchas ocasiones no se trata de intercambiar casas para hacer turismo gratis (coach surfing), de hacer trueque de una comida casera por otro servicio que demande el cocinero amateur o de compartir coche para ir a trabajar o llegar hasta un destino común (carpooling), sino de un negocio en el que existen empresas intermediarias que juegan con claras ventajas frente al resto de la competencia tradicional. ¿Es competencia desleal? En algunos países ya se ha dictado sentencia al respecto, en otros sigue abierto el debate.

Coche y bicicletas compartidas
La última tendencia es tener un coche o bicicleta bajo una nueva modalidad similar al de la multipropiedad. A diferencia del alquiler ordinario de turismos, el car sharing permite utilizarlo unas horas o tan solo un rato para solucionar asuntos puntuales que requieren de la movilidad individual.
Para ello existe el nueva sistema de cuotas, por meses o anual, con la que se podría decir que tenemos un coche compartido con otros usuarios, con seguro y mantenimiento incluido. A esa cuota se le suma la tarifa por Km y/o tiempo de utilización, pero no es necesario tenerlo todo el día. El sistema incluye una amplia red de aparcamiento, donde pueden dejarse los vehículos según interese y no tiene por qué ser el mismo de origen. De hecho, también hay aplicaciones para dispositivos móviles que indican a los socios del sistema donde hay vehículos disponibles o plazas de garaje libres para dejarlo.
Con las bicicletas está ocurriendo lo mismo, con diferente éxito en cada tipo de ciudad. Los ayuntamientos se están implicando especialmente en el alquiler de bicicletas para fomentar una movilidad más limpia.
Incluso las principales marcas de fabricantes de turismos ya están entrando también en el negocio del car sharing, que ofrece una gran oportunidad para introducir flotas de vehículos con propulsión alternativa en nuestras ciudades.

Las plataformas sospechosas
La polémica real se ha centrado en las plataformas online de coche compartido. Aunque en principio llegaron como meros intermediarios que ponen en contacto a dos partes interesadas, finalmente están cobrando comisiones de todo tipo por la reserva de esos viajes.
Problemas que surgen
Si se tiene en cuenta el daño social que ocasionan este tipo de prácticas, encontramos en primer lugar la competencia desleal hacia el transporte profesional de personas, pero también el fomento de la economía sumergida, al no saldar los conductores sus deberes con hacienda y con la seguridad social.
 
Pero no menos importante es el problema de seguridad vial que origina, al no poder controlar con un tacógrafo, como sí ocurre con los profesionales del volante, las horas de conducción. Tampoco queda claro qué seguro o quien es el responsable de los daños en caso de accidente.
 
Una nueva movilidad
La movilidad de las ciudades no puede dejar de lado el uso de coche privado, porque también es necesario. Los expertos en movilidad defienden su uso razonable en todos los foros internacionales. El car sharing y el carpooling, dentro del consumo colaborativo responsable, es una gran oportunidad. Por ello hay que tener claros los límites legales de estas prácticas.

Revista Viajeros Brands

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