Libro Blanco del Transporte (2011-2020): ambicioso y ¿utópico?

La Fundación CETMO organizó en Madrid una jornada donde se analizaron las repercusiones y aspectos claves del nuevo Libro Blanco del Transporte, que toma el relevo del publicado en 2001.

Vicenç Pedret, miembro de la Dirección general de Movilidad y Transportes de la Comisión Europea y uno de los grandes conocedores de este texto que contiene 40 medidas para transformar el sistema de transporte en Europa durante las próximas décadas, considera que en la actualidad el transporte por carretera mantiene una posición dominante y es el más eficiente y que previsiblemente en 2050 se seguirá manteniendo este esquema aunque espera que “la eficiencia esté mejor repartida entre otros medios de transporte”.

La Unión Europea tiene como objetivo disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) entre el 80% y el 95%. De este porcentaje un 60% le corresponde al transporte (60% viajeros y 40% mercancías). Pedret señaló que a día de hoy el transporte es responsable de una cuarta parte de las emisiones de CO2 y “si no hacemos nada podría suponer un 50% en 2050”, alertó.

En este nuevo Libro Blanco del Transporte se sientan las bases para conseguir esa reducción a largo plazo. Los principales esfuerzos están encaminados a romper la dependencia del petróleo y uno de los primeros objetivos será eliminar el 50% de los vehículos de combustible de las ciudades antes de 2030.

Lograr una trasferencia modal del 50% de la carretera hacia el ferrocarril o el mar también se considera fundamental, aunque en el sector se sigue considerando utópico. En este sentido, el representante de la Dirección general de Movilidad y Transportes de la Comisión Europea incidió en que la apuesta por los raíles o la vía marítima “no detendría el auge de la carretera”.

Otras de las claves que se recogen en esta tercera versión del Libro Blanco son: la creación de una red básica de corredores de transporte (RTE-T), la mejora de las conexiones ferroviarias con puertos y aeropuertos y la implantación de sistemas inteligentes de gestión del transporte.

Pedret considera que para llevar a cabo los objetivos fijados será necesario apoyarse en cuatro pilares: integración de los modos, investigación para encontrar alternativas de propulsión limpias, infraestructuras, que cada vez deberán estar más autofinanciadas, e internacionalización.

José Luis Pertierra, director de FENEBUS, no se mostró plenamente satisfecho del tratamiento que recibe el transporte de viajeros por carretera en este texto y reclamó un mayor protagonismo para el autocar y el autobús en los trayectos cortos. En cuanto a la reducción de emisiones de CO2, emplazó al sector a “empezar a trabajar ya” para conseguir alcanzar los límites fijados.

Por su parte Miguel Ángel Ochoa, del Patronato de la Fundación Corell, expresó abiertamente su desencanto con las medidas que se proponen en este Libro Blanco: “Suena a más de lo mismo. La gran novedad es que traslada gran parte de los problemas a 2050”.

Manel Villalante, Director General de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento. En su alocución destacó que en este nuevo texto se busca un reequilibrio de los modos: “el ferrocarril no es el enemigo número uno de la carretera. Hay mercado para todos”, afirmó.

Fundación CETMO

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