La nueva planta prevé una inversión de BYD que totalizará unos 20 millones de euros (o unos 6.200 millones de HUF) en tres años hasta 2018. Actualmente hay 32 empleados, de los cuales el 68% son trabajadores de fábrica. Con el tiempo empleará a unas 300 personas, la mayoría de las cuales son húngaros de origen local con experiencia técnica, que ensamblarán hasta 400 autobuses eléctricos al año en dos turnos. Esos autobuses serán exportados a clientes de toda Europa continental.
La producción inicial será de autobuses y coches eléctricos pero otros productos serán los siguientes, incluyendo carretillas elevadoras eléctricas y vehículos comerciales ligeros.
La planta consta de cinco edificios: una oficina principal, un centro de pruebas y mantenimiento de baterías, una línea de inspección y cabina de prueba de fugas de agua, un salón de ensamblaje de autobuses y camiones y un taller de pintura.
Está previsto que la planta de Hungría producirá el chasis del autobús para el Reino Unido (para el montaje en vehículos completos bajo la asociación BYD ADL) y la recién anunciada fábrica de BYD en Francia. Se prevé entregar hasta 40 vehículos a finales de este año.
