Las autoridades locales decidieron el pasado mes de marzo poner a prueba el servicio de coche privado compartido de Uber.
En una primera fase subvencionará a los usuarios de este transporte con 100.000 dólares canadienses (entre 3 y 5 dólares por destino) y después invertirá otros 125.000 dólares canadienses en un test de entre 6 y 9 meses para estudiar los itinerarios más usados y poder dimensionar la red creada y su sistema de financiación estable.