Entrevista: Jesús Herrero, Secretario General de ATUC

“El sistema de movilidad metropolitano debe animar a dejar el coche en casa”

Gijón es la ciudad anfitriona en esta ocasión del Congreso de ATUC ¿qué puede destacar de la movilidad en esta ciudad y de su operador de transporte urbano?
La ciudad que nos acoge este año es la más poblada de Asturias, cuenta con más de 270.000 habitantes y forma parte de una gran área metropolitana que abarca veinte concejos. Estos aspectos hacen que la movilidad aquí sea un elemento fundamental. El transporte público de Gijón es competencia de la empresa pública EMTUSA, que cuenta con un equipo de 340 personas que se encargan de sacar cada día un servicio formado por una flota de 82 autobuses plenamente accesibles que se reparten en 22 líneas, llegando a transportar a 19 millones de viajeros al año.

El XXVI Congreso Nacional de Transporte Urbano y Metropolitano que organiza ATUC, tendrá lugar en Gijón los días 3 y 4 de octubre de 2019.

¿Cuáles serán los temas clave que se tratarán en el próximo Congreso de ATUC?
Este año el congreso estará centrado en la “experiencia de cliente”. Se trata de una metodología específica desarrollada en el mundo anglosajón y se genera a partir de todas las interacciones con la persona que compra o contrata un producto o servicio, poniendo a esta en el centro de todas las decisiones que se toman desde todos los niveles de la empresa, conformando una palanca de transformación clave para la competitividad.

¿Qué hay que mejorar para que esa experiencia convenza como cliente al viajero y no sea un pasajero cautivo?
Todas las interacciones con el cliente son susceptibles de ser mejoradas. En el caso del transporte, esa “experiencia” debe basarse en el desarrollo de una verdadera alternativa al modelo de movilidad actual. Para ello es imprescindible “tejer” mallas de transporte público intermodales e integradas a través de las cuales ofrecer soluciones eficaces, rápidas, cómodas y fáciles de usar. En definitiva, un sistema de movilidad de ámbito metropolitano con el transporte colectivo como eje integrador y coordinado con otros modos alternativos que anime a la gente a dejar su coche en casa y presuma de ser “cliente” de la verdadera movilidad sostenible.

¿Qué hace falta para que realmente haya un despegue de la intermodalidad entre los modos tradicionales y los nuevos?
Para que se produzca este cambio definitivo, es necesario que los nuevos modos funcionen de manera coordinada con el transporte colectivo que, como decía antes, debe actuar como eje integrador de todos ellos. Las flotas de coche compartido, las bicicletas públicas, los patinetes… no deben verse como competencia o amenaza, sino como una oportunidad para conseguir entre todos una mejor movilidad. Todos juntos conformamos la verdadera movilidad sostenible. Y, en cualquier caso, para que este modelo funcione, a la vez se deben poner trabas al uso no inteligente del coche particular que de forma tan nociva colapsa las arterias de nuestras ciudades.

¿Qué balance haría de las acciones llevadas a cabo por ATUC desde el último congreso de 2018?
Para Atuc este último año ha sido muy intenso. Como recordará, en Ávila iniciamos lo que para nosotros fue más que un lema, dio comienzo “una nueva era”. Hemos reformulado la asociación para dar cabida a los nuevos modos de la movilidad sostenible. Ya está consolidado un grupo de trabajo de responsables de sistemas de bicicleta pública y se han iniciado contactos con representantes de coches compartidos para buscar aspectos en los que poder trabajar juntos, impulsando así la intermodalidad de la que hablábamos.
Las comisiones de trabajo también han experimentado un importante aumento en su actividad, siendo cada vez más numerosa la participación de las empresas asociadas. A las ya existentes se ha añadido la nueva comisión de Compras y Contrataciones, la cual ha tenido una gran aceptación dada su utilidad. También se han celebrado varias jornadas temáticas, como la que tuvo lugar en Gijón sobre el papel de la mujer en el sector o la que celebramos en Madrid para analizar la necesidad de una ley de financiación del transporte público. Como ve, un año muy productivo en el que también se han desarrollado un gran número de acciones políticas en relación con la futura ley para la lucha contra cambio climático, la ley de desindexación, el IVA de las subvenciones… y por supuesto, para seguir avanzando en la aprobación de una ley de financiación para el transporte público.

¿Para cuándo estará lista la Ley de Financiación del Transporte Colectivo en España, creen que la inestabilidad electoral pasará factura?
No creemos que la inestabilidad electoral vaya a pasar factura, lo único es que está retrasando la aprobación de la ley. Es una necesidad tan básica para un servicio como es el transporte urbano colectivo tan fundamental que sí o sí nuestro país tendrá que contar con una ley que estructure y haga previsible su financiación. En este sentido, el año pasado vimos aprobada en el Congreso de los Diputados una PNL instando al Gobierno a la confección de una ley. Y casi con la legislatura cerrada tuvo entrada en una propuesta de ley para la financiación el transporte urbano y metropolitano. Todos los grupos políticos tienen clara la necesidad de este instrumento, pero como es natural este no es el único proyecto legislativo que necesita nuestro país no siempre se le da la prioridad que merecería, pero debemos continuar trabajando para que vea la luz cuanto antes.

¿Cómo piensa que afecta a los operadores de transporte público los cambios políticos en los criterios de gestión del tráfico y la contaminación de las ciudades?
Como dice, nuestras empresas son operadoras de transporte público. En ese sentido, su misión se limita a llevar a cabo las políticas que indiquen las administraciones de las que dependan. De lo que sí estamos convencidos es que, cualquiera que sea el enfoque político, nuestras ciudades necesitan revisar la forma en la que se cubren las necesidades de movilidad de la ciudadanía, la cual estamos todos de acuerdo en que debe realizarse de la forma menos contaminante posible.

¿Qué sistema les parece más adecuado: las restricciones al tráfico privado, los peajes, un mix de varias soluciones… otro modelo?
Cada ciudad tiene su casuística particular y por lo tanto no hay una fórmula mágica que se pueda aplicar por igual en todas partes. Por lo tanto, cada administración debe encontrar el sistema con el que mejor se puedan alcanzar en su territorio los objetivos de un aire más limpio y una mayor calidad de vida, que esos sí son objetivos comunes. Lo que está claro es que hace falta reducir el número de coches y para ello es necesario aplicar medidas restrictivas que fomenten el uso responsable del coche privado. Desde un ámbito metropolitano y de manera coordinada entre todas las administraciones competentes. E insisto, además de poner limitaciones al tráfico, hay que potenciar las soluciones, hacer que la verdadera movilidad sostenible sea la primera opción para la gente a la hora de planificar sus desplazamientos. Impulsar esa “experiencia de cliente” que el ciudadano requiere. Desde luego, los operadores de transporte público trabajamos cada día para que así sea.

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