La estrategia de movilidad en Valencia no sólo pasa por la adquisición de nuevos vehículos, sino por todo un cambio del modelo y de los hábitos de los ciudadanos. A pesar de las reticencias iniciales, los datos parecen avalar el cambio realizado.
¿Cuáles han sido los resultados de EMT Valencia en 2018 y cómo ha evolucionado hasta el primer semestre de 2019?
La verdad es que los resultados nos vuelven a dar la razón de que vamos en el sentido correcto. Cuando llegamos a la EMT, a finales de 2015, teníamos una empresa que iba cayendo en viajeros, con una infrafinanciación municipal, que no generaba recursos, con una deuda enorme, con una plantilla que no se renovaba, con una flota envejecida ya que no se habían comprado nada más que dos autobuses en cuatro años… 2015 inició el cambio de tendencia que hemos consolidado en 2016, 2017 y 2018. Estamos hablando de un aumento de las contrataciones, hemos agotado la bolsa de 300 conductores que lanzamos hace tres años y ahora estamos en pleno proceso de una nueva bolsa de hasta 500 personas para su incorporación progresiva en los próximos años. Ejercicio tras ejercicio aumentamos el presupuesto municipal, abrimos nuevas vías de negocio como los aparcamientos y todo eso consiguiendo reducir la deuda, teniendo números positivos por primera vez en mucho tiempo y aumentando el número de validaciones que el año pasado fue de 96,13 millones, lo que supone un aumento acumulado de casi el 10% en los últimos cuatro años.
Esta tendencia continúa en 2019, al menos eso nos dicen los datos. En los ocho primeros meses mantenemos los buenos datos con un ligero incremento del pasaje del 0,3% respecto a los buenos resultados del año pasado.
Tras los resultados electorales municipales, Valencia repite alcaldía. ¿Habrá pues continuidad en los cambios que se comenzaron en infraestructuras y transporte público? ¿Beneficiará a EMT Valencia en sus planes a corto plazo?
Esperemos que sí. Al menos así lo han marcado las urnas, dando un refuerzo importante a las políticas de movilidad y de defensa del transporte urbano. La continuidad va a beneficiar a la empresa y sobre todo a la calidad de vida de las valencianas y los valencianos. Estamos viendo lo que sucede en Madrid, por suerte en València continuarán las políticas de movilidad sostenible que prioricen el transporte público colectivo como eje principal de la lucha contra el cambio climático.
¿Cómo han valorado los usuarios los cambios que realizaron en coordinación con la concejalía de movilidad?
El transporte colectivo urbano forma parte de la cotidianidad de la gente: la misma parada, a la misma hora, el mismo itinerario para ir al trabajo o a la universidad. Este acto cotidiano genera hábitos y cualquier modificación requiere una obligatoria readaptación, cuyo proceso genera obligatoriamente reticencias. El principio fue por tanto difícil, pero por suerte el tiempo nos ha dado la razón y esas mejoras que iniciamos en 2016 y 2018 ya están consolidadas y las quejas iniciales se han ido diluyendo con los beneficios obtenidos. El aumento del uso del transporte público nos da la razón.
¿Qué nuevas mejoras veremos precisamente a corto-medio plazo en el servicio y red de EMT Valencia?
En este mandato va a ser muy importante la adaptación de EMT a los procesos de pacificación del centro de la ciudad de València ya anunciados por al alcalde Joan Ribó. Una ciudad que apuesta por un uso más racional del transporte privado es una ciudad que apuesta más por el transporte público, por lo que veremos nuevas modificaciones de la red y mejoras del servicio, así como una potenciación del papel de EMT en su acción pedagógica sobre la necesidad de cambiar paradigmas de movilidad con los que ganamos todos y todas. Por otra parte veremos una nueva ampliación de nuestra red al ámbito metropolitano, pues ya tenemos cerrado un convenio entre el Ayuntamiento de València, la Autoridad del Transporte Metropolitano de València y la Diputación para prestar servicio en el municipio de Sedaví, siendo ya cinco las ciudades de la metrópolis en las que operará EMT València.
Según el Ranking de Movilidad Urbana encargado por Greenpeace, Valencia ha sido elegida por los usuarios la segunda mejor ciudad en cuanto a movilidad sostenible. ¿Qué peso cree que tiene EMT Valencia en esos resultados?
Evidentemente uno muy importante. Es cierto que, en los últimos años, València ha tenido un aumento muy importante de usuarios y usuarias de vehículos de movilidad personal (VMP). Cada día hay más patinetes en la ciudad, más bicicletas, modelos de movilidad que son el presente y futuro y que pueden usarse de manera segura gracias a las infraestructuras creadas. Pero lo más importante de los datos de Greenpeace es que ese aumento del uso de los VMP no ha sido a costa del transporte público sino del vehículo privado, algo que es vital.
El año pasado, en junio, contaban con 34 autobuses híbridos y 2 eléctricos en su flota. ¿Cuántos tienen a día de hoy?
Pues, además de esos autobuses que comentas, estas semanas están acabando de entrar en funcionamiento los nuevos 48 autobuses híbridos, 36 de ellos articulados (18 metros). Nuestra apuesta en el corto plazo pasa por la tecnología híbrida, creemos que es la que más nos cuadra en términos de coste eficiencia y de lucha contra el cambio climático. En este sentido, quiero resaltar la licitación que hemos sacado para comprar 150 nuevos autobuses, la compra más importante en la historia de EMT València que hará que pasemos de tener una flota de más de 13 años de edad media en 2015, cuando nosotros llegamos, a una edad media de 7,5 años en 2021.
¿Cómo es el balance de su experiencia en electromovilidad y qué objetivos se han fijado para los próximos años?
Creemos que el camino de los autobuses eléctricos está encauzado, pero queda mucho por hacer. Nosotros elegimos dos modelos para probarlos y estamos en ello. Mientras tanto, hemos apostado por la tecnología híbrida, mucho más implantada y con una reducción de emisiones muy importante.
Valencia consiguió, por primera vez, entrar dentro de los contratos programas para el transporte metropolitano como tenían Madrid, Barcelona y Canarias. ¿A qué se ha debido y qué mejoras se consiguen con esa mejora financiera?
En verdad en la práctica se han suspendido los contratos programas, lo que hay son subvenciones nominativas al transporte en áreas metropolitanas de Madrid, Barcelona y Canarias. València ha entrado en ese grupo, pero no ha conseguido mejorar su financiación, ni mucho menos. De hecho, al recibir ese dinero, hemos tenido que renunciar a la subvención al transporte que ya recibíamos y al final de la partida ha supuesto poco más de 1,5 millones de euros más para la EMT. Algo muy lejos de los más de 125 millones que reciben Madrid y Barcelona desde hace años. Nos dan las migajas, y esto es así porque no hay una ley de financiación del transporte estatal. Nosotros impulsamos una en el Congreso de los Diputados que esperemos que se reactive con el nuevo gobierno. No puede ser que València tenga que ir a Madrid a mendigar una financiación para su transporte y que esto dependa del color político de turno. No es serio.
¿Cómo mejora la circulación de autobuses urbanos la nueva Ordenanza de movilidad de Valencia?
Regulariza muchas situaciones, por ejemplo el tema del carril bus que en València es constantemente invadido por vehículos (coches y motos) y que ahora la nueva ordenanza elimina. También se regulan los carriles segregados y los diferentes repartos modales. Era muy necesaria y se ha hecho un grandísimo trabajo en el que EMT también ha puesto su granito de arena.
¿En qué punto se encuentra la integración tarifaria planificada por nueva Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia (ATMV)?
Como casi todo lo importante, a la espera de recibir una financiación suficiente por parte del gobierno central que haga que se puedan afrontar este tipo de proyectos. La ATMV ya está creada, los operadores estamos implicados y ahora sólo falta que las administraciones estatal y autonómica pongan de su parte. Confiemos en que sea pronto.