La jornada fue abierta por el Presidente de ANETRA, Luis Ángel Pedrero, que reiteraba la necesidad de que los ERTE se prolonguen más allá del 30 de septiembre e incluso lleguen hasta 31 de marzo de 2021, en espera de que verdaderamente pueda hablarse del inicio de temporada, "porque en septiembre, apenas se podrá contar con poco más que los servicios escolares.”
Por parte de AUREN, tomó la palabra primero Juan Chozas. Habló sobre los tipos de ERTE que pueden aplicarse y las prohibiciones y limitaciones que conlleva acogerse a ellos asi como la preferencia del Gobierno por fomentar el teletrabajo para todos aquellos sectores o departamentos en los que se pueda realizar (en el caso del transporte la ley en la que se está trabajando afectaría sólo a las áreas administrativas y de gestión).
Despúes, su socio Ignacio Hidalgo se refirió en primer lugar a las empresas que se han acogido a algún tipo de ERTE de fuerza mayor. Tanto en el caso de ERTE total o parcial, se prolongan de momento hasta el 30 de septiembre. Si se siguen ampliando fechas de prórroga continuarían en vigor. Sin embargo, en caso de que la empresa no se haya acogido a ningún tipo de ERTE durante el estado de alarma y lo haga después, las condiciones serían otras, las de las leyes precedentes al respecto. Eso significa, que no podrían beneficiarse de las exoneraciones de los pagos de la Seguridad Social.
Explicó que se pasa de ERTE total a parcial tan sólo con desafectar a un empleado. Y en ese momento comienza a contabilizarse los seis meses de prohibición de despedir trabajadores por haberse acogido al ERTE de fuerza mayor. Pero a cambio, también comienzan a ser menores las exoneraciones.
Indicó además que si una empresa tiene varias sedes, la ley deja abierta a libre interpretación el hecho de tener diferentes tipos de ERTE, totales o parciales, en cada uno de los centros. En principio se puede hacer, pero dependería de si luego la inspección de trabajo hace la misma interpretación.
Según señaló, la normativa permite pasar del ERTE de fuerza mayor total o parcial al ERTE ETOP, es decir por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Es aconsejable pedir asesoramiento a expertos para hacer este tipo de negociación entre empresa y trabajadores porque, en función de la fecha en que se realice, podría ser más o menos ventajosa. Por ejemplo, podría aplicar las exoneraciones actuales o perderlas en caso de tener fecha posterior de aplicación a la finalización de la prórroga de los ERTE y que el Gobierno decida ampliarlo nuevamente.
En cuanto al cambio de ERTE por ERE, la ley no establece conexión pero tampoco la prohíbe.
Entre las limitaciones más destacadas para quienes aplicaron ERTEs se encuentran las prohibiciones de: despedir trabajadores durante 6 meses, la contratación por horas o externalización de servicios o realización de horas extras, despedir a causa del COVID-19 hasta el 30 de septiembre y la suspensión de los trabajos temporales hasta la misma fecha, salvo que fueran por obra y servicio. En esta cuestión habría matices.
Como recomendaciones generales se indicó que es bueno que consulten cualquier decisión de cambio de modalidad de ERTE o ETOP y que antes de renunciar a ellos por completo, para iniciar la actividad normal, se esperen al 30 de septiembre, porque podría haber nueva renovación y sería más beneficioso seguir acogiéndose a las exoneraciones ya que los ERTE solicitados a posteriori ya no tendrían las mismas ventajas.
En este sentido, el Director Ejecutivo de ANETRA, Juan Manuel Sierra, pedía precisamente cautela porque podría ser que el trabajo de la asociación diera fruto y los ERTE se llevaran hasta diciembre o incluso marzo del próximo año, que es lo solicitado por el sector.
Volvía a tomar la palabra el Presidente de ANETRA, Luis Ángel Pedrero, para cerrar la jornada. Pedía a los asociados que antes de tomar decisiones “piensen en minimizar los daños para que sus empresas familiares con muchas generaciones de historia puedan sobrevivir”. Por ello recomendó que antes de cualquier paso importante se asesoren.
