Se trata de una obra con 78.654 metros cuadrados subterráneos distribuidos en tres niveles de profundidad que permitirán albergar 36 dársenas de autobuses. La primera fase de esta infraestructura corresponderá a la zona de servicio de autobuses interurbanos, que no transitarán ya por el exterior de la Plaza de Castilla, sino que circularán por un sistema de túneles de 1.300 metros. Accederán o saldrán directamente del intercambiador al Paseo de la Castellana, a la altura de la calle de Silesio Delgado. Posteriormente, estos túneles se conectarán con el corredor Norte previsto por el Ayuntamiento de Madrid y que permitirán la salida y entrada subterránea desde la carretera de Colmenar y la carretera de Burgos. El intercambiador de Plaza de Castilla eliminará de la superficie 7.000 autobuses, mejorará las conexiones de los 270.000 viajeros que utilizan diariamente esta estación de Metro y los autobuses de 37 líneas interurbanas procedentes de los corredores de la A1 y la M-607, reduciendo las distancias y los tiempos de conexión y evitando la interferencia de peatones y vehículos que se produce en el intercambiador actual. Contará también con un aparcamiento público rotatorio con espacio para 400 vehículos y 932 metros cuadrados para otros usos y 168 metros cuadrados para oficinas. Todo ello, junto a la conexión con tres líneas de Metro (la 1, la 9 y la 10).
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