El transporte público no puede quedar al margen de los nuevos sistemas de pago y acceso. Por un lado, supone agilidad en el servicio prestado y la gestión propia, y por otro, reportará beneficios y reducción de costes a tener en cuenta, sin olvidarnos de la buena imagen que causan en el cliente. Ya existen equipos de billetaje para autobuses, que incorporan la huella digital como sistema de pago dentro del vehículo. Para poder utilizar este sistema es necesario que el propietario de dicha huella se inscriba previamente en un listado de usuarios. En algunas ciudades se está optando por una tarjeta sin contacto multimodal y multiproducto, es decir, que pueda utilizarse en varios modos de transporte y para abonar otros servicios urbanos, como el parking disuasorio. Según un estudio realizado por Telefónica Móviles, suprimir el papel en las transacciones, a pesar de ser un coste mínimo, puede suponer un total de 150 millones anuales de ahorro en la economía nacional. El móvil será un arma crucial para la desaparición del billete físico. Ya existen entidades crédito que envían un mensaje a móvil cada vez que el propietario de su tarjeta de crédito realiza una transacción económica, de manera instantánea en cualquier parte del mundo. De esta manera, se hace innecesario el ticket físico y aporta seguridad al usuario, que puede detectar cualquier fraude con su tarjeta. Además, las empresas que utilicen este sistema pueden lanzar promociones para fomentar el uso de su servicio o aprovechar parte del mensaje para hacer publicidad.
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