COMO AFECTARÁ EL REGLAMENTO DE DISTRIBUCIÓN A LOS TALLERES
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Los talleres independientes son los que probablemente tienen mejores oportunidades, sobre todo aquellos que puedan hacer frente a nuevas inversiones y así aprovechar la obligación de las marcas de entregar toda la documentación técnica de los vehículos a precios y condiciones razonables. También podrán transformarse en talleres oficiales multimarca donde les interese.

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Sin embargo, el período transitorio para que los talleres independientes adquieran la categoría de “autorizados”, según establece el Reglamento, puede tener una duración no deseable. De momento, ya hay una petición formal a los constructores de vehículos a fin de solicitarles información relativa a los estándares necesarios para los servicios posventa. Hasta este momento, los talleres no están satisfechos de las respuestas que les han dado las marcas, que no han tomado de momento decisiones al respecto apuntando a que todavía nos encontramos en el período transitorio. Los talleres consideran no sólo que los constructores ya deberían tener claros los requerimientos, sino que también deberían hacerlos públicos. El recambio oficial tampoco será una barrera en la oferta al cliente, pues lo podrán comprar a cualquier fabricante de recambios que lo certifique como tal. Ni en el sector de distribuidores/talleres autorizados ni en el de talleres independientes se esperan grandes movimientos para este año. Sí se comenzarán a perfilar acuerdos y asociaciones de cara a 2004. Según el informe de Urban Science, en las previsiones a corto plazo, hay ciertos indicadores económicos internos que nos permiten ser moderadamente optimistas, pero nos enfrentamos a un entorno económico mundial que abre enormes incertidumbres y que determinará la evolución del mercado en los próximos meses. 2003 debe ser el año en el que marcas, concesionarios, fabricantes y distribuidores de recambios y talleres mediten sobre sus puntos fuertes y débiles y definan sus metas y objetivos, así como la estrategia para llegar a conseguirlos. Porque, muy probablemente, la empresa que no lo haga y reaccione tarde a los movimientos de los competidores no sólo perderá oportunidades sino que también pondrá en peligro su futuro.

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