El proceso de homologación es el siguiente: el fabricante de los pilotos (en este caso, de Taiwan) los presenta a un laboratorio para que realice una prueba de iluminación. Este laboratorio (en este caso, también de Taiwan) certifica su homologabilidad y presenta los resultados de la prueba a las autoridades de un país dentro del ámbito de aplicación de la normativa CEE. Estas autoridades conceden la homologación según los resultados de la prueba y le dan un número de homologación del país correspondiente (E11). Así es como se autoriza la venta de estos productos en Europa. En pruebas aleatorias de pilotos que ya se encuentran en el mercado se ha constatado que no cumplen los valores fotométricos ni los requisitos de resistencia al calor y a las vibraciones de los pilotos que se homologaron en Gran Bretaña. Otro grave inconveniente es que permiten cambiar individualmente los diodos luminosos, lo cual no está permitido según la normativa CEE R 37 ya que existen LED con colores de luz diferentes que reducen la seguridad en la conducción. Hella recomienda, para ir seguro, confiar en la calidad de los fabricantes de primeras marcas.
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