Los primeros neumáticos de invierno, específicos para la temporada de frío, denominados «Gelände», se presentaron en 1934.
Desde entonces, las décadas de experiencia en este campo han dado sus frutos: los dibujos de la banda de rodadura y los compuestos de caucho de este tipo de neumáticos actuales de Continental se adaptan perfectamente a estas condiciones, garantizando un mayor agarre y distancias de frenado más cortas sobre nieve, hielo y lluvia. Esto se nota incluso a bajas velocidades de conducción sobre una capa completa de nieve. A 40 km/h, un coche con neumáticos de invierno se detiene aproximadamente seis longitudes de vehículo antes que un coche con neumáticos de verano.
Para garantizar que cada nueva generación de neumáticos de invierno cumpla con los más altos estándares de seguridad, Continental prueba sus productos exhaustivamente en pistas de prueba de todo el mundo. El resultado: puntuaciones altas habituales en pruebas de neumáticos independientes. En su última prueba, por ejemplo, la asociación automovilística alemana ADAC nombró al WinterContact TS 870 como ganador de la prueba, elogiando sus propiedades de conducción precisas y seguras en carreteras secas, mojadas y en invierno.
«Desde hace 90 años, nuestros neumáticos de invierno son sinónimo de seguridad en condiciones climáticas invernales. Los compuestos de caucho más blandos mejoran la adherencia, mientras que las laminillas proporcionan agarre sobre nieve y hielo. Y las ranuras más anchas desplazan el agua de forma especialmente eficaz. Además, hemos puesto a prueba nuestros neumáticos de invierno durante las pruebas sobre nieve y hielo en Alemania y Suecia», explica Martin Welzhofer, director de pruebas globales de neumáticos de Continental Tires.