Volvo pretende ser el líder mundial de la electromovilidad en un entorno en el que las ciudades serán las grandes protagonistas, pues en ellas vivirá la mayor parte de la población, con el aumento de movilidad que supondrá.
Para Volvo es necesario que la electromovilidad sea económicamente viable. Según sus cálculos, el sobrecoste de un vehículo eléctrico, teniendo en cuenta la reducción de consumo del 80% de combustible, se amortiza en períodos de entre 6 y 12 años, en función del tipo uso.
Además de los novedosos vehículos de Volvo, capaces de reducir el consumo entre un 60% y un 80% y reducir las emisiones entre un 75% y un 90%, además de eliminar ruidos, la marca ofrece un sistema integral: los autobuses y la infraestructura necesaria para su explotación. Incluso se puede hablar de un Interfaz abierto que permita que en una estructura común puedan operar buses de distintos fabricantes. Ha existen programas piloto en varias ciudades.
El proyecto de Gothenburg
En Gothenburg están circulando en pruebas 2 tipos de buses de la marca: eléctricos y híbridos eléctricos. Se trata de 10 vehículos, 7 eléctrico híbridos y 3 eléctricos. Siguen el diseño Volvo Electric Concept Bus, que sitúa al conductor en posición central, dispone de puertas de grandes dimensiones, wifi, pantallas de información y entretenimiento, puntos de carga usb y que permite conducir el bus al interior de los edificios al no generar ruido ni emisiones.
En 2017 el sistema está listo para ser suministrado a otros operadores.