El test se realizará en la península de Greenwich. El vehículo se desplazará a 16,1 Km/h y podrá transportar 4 personas. Recorrerá 3,2 Km por la orilla del río Támesis junto a ciclistas y peatones.
A pesar de ser autónomo y que su control se realiza por ordenador, y que no tiene ni volante ni freno, seguirá contando con una persona a bordo por si surge algún problema. Gracias a varias cámaras y sensores es capaz de “ver” a 100 metros de distancia.
Este prototipo ha sido diseñado por Oxbotica. La compañía cree que este vehículo será una realidad y circulará con normalidad en 2019. Para su puesta en marcha, Londres invertirá 8 millones de libras de los 100 millones que destinará al desarrollo de la tecnología autónoma.