El autobús, un aliado de la seguridad vial

Así se desprende del balance provisional de siniestros en las carreteras españolas durante el pasado año presentado por el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, acompañado por la subsecretaria del departamento, Susana Crisóstomo, y por el director general de Tráfico, Pere Navarro, en la sede madrileña de la Dirección General de Tráfico (DGT).

 
El informe indica que se mantiene estable el número de personas fallecidas y aumentan los desplazamientos de largo recorrido (+2%), el parque de vehículos (+1,7%) y el censo de conductores (+0,4). La salida de la vía sigue siendo el tipo de siniestro que más fallecidos registra con 486 personas, el 42% del total de víctimas mortales. Se reduce un 9% los fallecidos en colisiones frontales: 225 en 2023 frente a los 246 del año anterior. Los motoristas son el colectivo que más incrementa su mortalidad con 299 fallecidos, 45 más que en 2022. Disminuyen los peatones muertos por atropello (118 en 2023 frente a los 127 en el año anterior) y casi la mitad de ellos fallecieron en siniestros que tuvieron lugar en autopistas y autovías (56).
 
Las cifras difundidas este jueves se enmarcan en un contexto en el que han aumentado un 2 por ciento los desplazamientos de largo recorrido, el parque de vehículos (un 1,7 por ciento) y el censo de conductores (un 0,4). En 2023 se realizaron 448,7 millones de desplazamientos por carretera, con un parque de vehículos que se sitúa en los 36,6 millones y un censo de conductores que se eleva hasta los 27,8 millones.
 
Ha aumentado el número de siniestros mortales registrados, pero el número de fallecidos es casi el mismo, lo que indica que la letalidad media (número de fallecidos por siniestro) ha disminuido. Ha habido 25 días con 0 fallecidos, cuatro días más que en el año anterior.
El promedio diario de fallecidos en carretera ha sido de 3,1 personas.
 
La evolución de la siniestralidad en la Unión Europea muestra una situación de estabilidad, en el que las cifras de los distintos países se sitúan entre un +/-5 por ciento según la Comisión Europea. Con datos provisionales del primer semestre de 2023, Suecia, Irlanda y Estonia han aumentado los fallecidos en 2023, mientras que Alemania y Dinamarca están estabilizados
 
Por tipo de vía: de las 1.145 personas fallecidas, 849 (74%) fallecieron en siniestros que tuvieron lugar en vías convencionales, 21 persona más que en 2022. En vías de alta capacidad los fallecidos han disminuido respecto al año anterior. Concretamente en 2023 murieron 296 personas, 24 menos que en 2022. Estos datos confirman que se mantiene estable la relación de que 3 de cada 4 fallecidos se producen en siniestros que tienen lugar en vías convencionales.
 
Por tipo de siniestro: la salida de la vía sigue siendo el tipo de siniestro que más fallecidos registra con 486 personas, el 42% del total de fallecidos, cifra similar a la del pasado año. Por el contrario, disminuyen un 9% los fallecidos en colisiones frontales.
 
Por tipo de usuario: aumenta en un 9% los usuarios vulnerables fallecidos, situándose en 463 fallecidos, 38 más que en 2022. Este incremento que ha sido desigual entre los distintos tipos de usuarios vulnerables, como se puede ver en la siguiente tabla, se debe principalmente a los motoristas, cuya mortalidad ha aumentado un 19% respecto a 2022.
 
Destaca que casi la mitad de los peatones fallecidos lo fueron en siniestros que tuvieron lugar en autopistas y autovías (56) frente a los 62 que lo fueron en vías convencionales.
 
Teniendo en cuenta la evolución desde 2012, el único medio de desplazamiento que ha aumentado la siniestralidad es el de los motoristas con un aumento del 37% (de 218 a 299).
 
En cambio, la cifra de ciclistas fallecidos permanece constante en la última década, en un entorno de mayor uso de la bicicleta y con el reto de no aumentar la siniestralidad.
 
Los peatones, los que viajaban en turismo y en camión también han reducido su mortalidad desde 2012, con un 11%, un 23% y un 34% de disminución respectivamente.
 
Víctimas en el autobús
En el balance se indica que en 2023 se registró un fallecido en accidente con autobús, el mismo dato que en los años 2020 y 2021. En 2022 se registraron 11 víctimas mortales en autobús, siendo 2019 el año histórico para el sector, con cero víctimas mortales. El autobús arroja la cifra más baja de mortalidad en la carretera de todos los vehículos motorizados.
 
Por características de la persona víctima: la franja de edad que más aumenta su mortalidad es la de 45 a 54 años con 228 personas fallecidas, el 20% del total y con cifras un 11% superiores a las de 2022. Aumenta también la mortalidad infantil ya que el año 2023 registra un total de 22 fallecidos entre 0 y 14 años, la segunda cifra más alta de los últimos 10 años solamente por detrás del año 2014.
 
Por su parte, el grupo de 65 y más años concentra el 18% de las personas fallecidas (206), con un descenso del 10% (-24) respecto al 2022.
 
Por sexos, los hombres concentran el 79% de las víctimas mortales (905) frente al caso de las mujeres (236) que concentran el 21% restante. Estas cifras son un 1% inferiores a las de 2022 en el caso de los hombres, pero se mantienen sin variaciones en el caso de las mujeres.
 
Por temporalidad del siniestro: el 57 % de los fallecidos (658) se registra en día laboral frente al 43% (487) del fin de semana.
 
Accesorios de seguridad: 138 personas que viajaban en turismo y furgoneta no hacían uso del cinturón de seguridad. En el caso de los motoristas fallecidos, 8 de ellos no llevaban casco y tampoco hacían uso del mismo 9 de los ciclistas fallecidos.
 
Por localización del siniestro: Andalucía y Cataluña registran las mayores cifras de siniestralidad vial, en ambos casos se observa una disminución respecto al pasado año de un 12% (-26) y un 5% (-8) respectivamente. Por contra, La Rioja y la Comunidad Foral de Navarra registran las menores cifras con el 1% del total, con 11 y 13 fallecidos respectivamente.

ANAES: “España no puede permitirse el lujo de estancarse en materia de seguridad vial”
La Asociación Nacional de Autoescuelas (ANAES) vuelve a incidir en la necesidad de poner el
foco en la formación de los conductores, con módulos de concienciación y sensibilización vial en los centros de formación, que contribuyan a que los conductores presten más atención al volante, evitando las distracciones y los comportamientos de riesgo.
 
Con los datos del balance de siniestralidad vial en España en 2023, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya ha anunciado que su ministerio, junto a la DGT, ya están trabajando en las nuevas políticas de seguridad vial a desarrollar para este 2024, con especial incidencia en combatir las causas más frecuentes de esta alta siniestralidad: las salidas de vía, las distracciones, la somnolencia y la conducción bajo el efecto del alcohol y las drogas.
 
En cuanto a las medidas que la DGT piensa adoptar para intentar reducir la siniestralidad del
colectivo motorista, Grande-Marlaska anunció algunas de ellas, como la actualización del
contenido de los cursos de recuperación para incorporar un perfil específico para los
motoristas que han perdido su saldo de puntos y para los que se programarán cursos de
conducción segura y eficiente. También el establecimiento de un curso obligatorio para los
conductores del permiso B con tres años de antigüedad del carné que quieran conducir
motos de hasta 125 cc. y el uso obligatorio de casco integral o modular y guantes homologados
para los motoristas en carretera.
 
Durante la presentación del Balance, el ministro apeló a la responsabilidad de los conductores para intentar reducir estas cifras de mortalidad. “Evitar las distracciones,
respetar las normas de circulación y usar los sistemas de seguridad son tres simples elementos
que pueden rebajar sobremanera estas dramáticas cifras y las tragedias humanas que hay tras
ellas” señaló.
 
Para el presidente de ANAES, Álvaro Llamas, este llamado a la responsabilidad de los
conductores por parte de la Administración, no es suficiente. Hay que reforzar sus conocimientos: “la Administración debería ser valiente y subir un peldaño más en materia de
formación y poner en marcha los módulos de sensibilización y concienciación viales presenciales obligatorios para aquellas personas que van a obtener un permiso de conducir y extenderlo al resto de conductores, si es necesario. El comportamiento de los conductores al volante tiene una explicación, y para entenderla y corregirla, si es necesario, los módulos de sensibilización y concienciación vial, son una muy buena herramienta”. Además, señala que “España no puede darse el lujo de quedarse estancada en estos datos, es necesario hacer un
esfuerzo extra, por parte de todos, para bajar esta tasa de mortalidad en nuestras carreteras. No podemos pararnos, hay que seguir trabajando, y esos cursos contribuirían mucho a entender por qué se producen los accidentes y la psicología de los conductores infractores, para poder así reeducarlos y convertirlos en conductores responsables y concienciados.”

 

PONS Mobility propone 5 medidas básicas para avanzar en seguridad vial en 2024
Tras la presentación del Balance de Siniestralidad Vial de 2023 de Dirección General de Tráfico (DGT), PONS Mobility ha propuesto 5 medidas básicas para avanzar en material de seguridad vial.

En opinión de Ramón Ledesma, consejero asesor de la consultora PONS Mobility, “si bien la cifra global de siniestralidad en las carreteras españolas sigue estancada, lo cierto es que la distribución de los fallecidos dentro de ese cómputo global sigue cambiando. El dato más significativo es que los usuarios vulnerables -especialmente, peatones y motoristas- pasan de representar el 40 al 44% de los fallecidos”.

Para el representante de PONS Mobility, los datos muestran una “preocupante tendencia” respecto a los motociclistas, que siguen incrementando su porción de siniestralidad en el global. Así, en el año 2000 representaban un 6% de los fallecidos mientras que en el año 2023 ya representan el 25%. Para Ramón Ledesma, “las previsiones apuntan a que, sin medidas para revertir la tendencia, en 2030 un 30% de los fallecidos en carretera serán motoristas”.  

Respecto a los peatones, el consejero Ramón Ledesma señala que “mientras descienden cerca de un 10% los fallecidos en vehículos de cuatro ruedas, los peatones – especialmente en vías de alta capacidad- no descienden, representando ya 1 de cada 5 fallecidos en autopista”.

Con el objetivo de cambiar la negativa tendencia en 2024 en relación a la seguridad vial de nuestras carreteras, PONS Mobility apunta cinco medidas básicas dirigidas a las Administraciones Públicas:

1- Visibilizar la problemática de la motocicleta de gran potencia y ocio
La primera actuación para solucionar un problema en seguridad vial es visibilizar el problema. Tenemos un problema especialmente llamativo con las motos de ocio y alta potencia /relación potencia /peso. Según datos de ANESDOR, en 2023 las motocicletas de más de 750 cc  representaron el 17% del mercado y, éstas, cuentan en su mayoría con más de 1CV/ por kilogramo. Su diseño y construcción se realizan para generar comportamientos especialmente riesgosos y carentes absolutamente de cualquier tipo de lógica en una carretera que cada vez pretendemos más segura. Hay que empezar a visibilizar la alta siniestralidad por km que generan.

2- Implementar el derecho de repetición para los supuestos de accidentalidad por teléfono móvil
El control y sanción de comportamientos incorrectos del móvil a través del móvil no está dando resultado. Tampoco las funcionalidades de móviles y pantallas del vehículo que invitan a no utilizarlo mientras se conduce.
Hay un factor al que desde PONS Mobility apelamos: la responsabilidad del conductor por su uso del móvil. Si o si, el conductor debe saber, no ya que utilizar el móvil puede llevar una sanción: más allá, que su uso indebido y voluntario del móvil  debe tener consecuencias que tiene que tener que asumir personalmente. Estamos generando constante y permanentemente conducciones de altísimo riesgo que habían sido superadas gracias al esfuerzo de los fabricantes por diseñar automóviles más seguros: airbag, ABS, ADAS… Todo desaparece por el uso del móvil, que es ya el factor clave en la siniestralidad en España.
La traducción jurídica de esa siniestralidad se llama “Derecho de Repetición” en la norma: la aseguradora abonará los daños causados a las víctimas del accidente, pero , como ocurre en el alcohol, el conductor debe saber que puede reclamarle (“repetir”, jurídicamente) los costes generados por su conducta realmente dolosa de utilizar el móvil.

3- Peatones fallecidos en vías de alta capacidad
El nexo distracción más la presencia peatón en la vía constituye uno de los epicentros de la siniestralidad que debe resolverse en los próximos años. Por definición, no deberían existir peatones en las calzadas de gran velocidad. Cuando existen, lo son esporádicamente por motivos laborales -conservación de la vía-, por accidente o por avería.
Sin embargo, siendo su presencia esporádica, representan 1 de cada 5 muertos. El incremento de la conducción distraída de los conductores en autopistas (móvil y pantalla) es una bomba de relojería ante la presencia de un “episodio obstáculo” (grúa, vehículo averiado, operario conservación…) en la calzada. Curiosamente, DGT ha diseñado la solución, no sólo a nivel país, sino la que marcará la tendencia en Europa: la señal luminosa conectada a DGT que avisará a los conductores de que existe el “episodio” en la vía. Sin embargo, hasta 2026 no será una realidad en todos los vehículos y situaciones. DGT debe realizar un proceso de pedagogía y aceleración del proceso, por lo que supone en la reducción de ese nicho de siniestralidad.

4- Programa integral de digitalización y control de la circulación de las vías convencionales de alta densidad
El nicho fundamental de la siniestralidad sigue produciéndose en las vías convencionales, y dentro de ellas, aquellas donde concurre una especial densidad de circulación, la antiguamente conocidas como “nacionales”. Sobre ellas, debe establecer un programa integral 360º con una triple herramienta: fiscalización, conectividad y comunicación. Control y digitalización. Las dos herramientas, combinadas, pueden contribuir sin duda a eliminar los episodios de alto riesgo que implican circular por estas vías. Fiscalización intensiva generando sensación “gran hermano” en estas vías mediante policía, drones, radar de tramo… unido a tecnología de conectividad forzosa (usuarios de velocidad “anormalmente reducida”- peatones, ciclistas, tractores…  deben forzosamente “conectarse” para ser “visibles” electrónicamente ante los vehículos de velocidad ordinaria. Todo ello debe ir acompañado de una potente campaña de comunicación y formación que explique a los conductores como y porque se producen los accidentes en estas vías.

5- Campaña comunicación dirigida a incrementar la atención mental al volante
Son cada vez más frecuentes el conjunto de accidentes donde existe un catálogo de situaciones relacionadas con la falta de atención del conductor a la conducción. Por determinadas situaciones personales o profesionales, o incluso por la tecnología de ocio del vehículo, nuestra atención al volante no genera en muchas ocasiones la suficiente intensidad, provocándose problemas de somnolencia o falta de atención que terminan en accidente. La Dirección General de Tráfico debe “levantar” el problema, explicando y trasladando a la población conductora la necesidad de “entender” que la acción de conducir exige una atención concentrada especial permanente.

 

En total, hubo 1.048 siniestros mortales en los que fallecieron 1.145 personas (1 en autobús), tres menos que en 2022, y otras 4.495 personas sufrieron heridas que requirieron su ingreso hospitalario.

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