La Comunidad de Madrid está implantando en la red regional de carreteras una nueva política medioambiental que persigue mejorar la gestión de residuos basada en la separación de los desechos en el mismo momento de su recogida. Esta política medioambiental se complementa con una exhaustiva separación de los residuos generados por la propia actividad relacionada con la conservación de carreteras. De esta manera, los centros de conservación cuentan con decantadores de agua procedente de la limpieza de los camiones, así como depósitos diferenciados para uno de los residuos como aceites usados, baterías, arenas y trapos contaminados, y neumáticos usados, entre otros. Todos estos residuos son posteriormente recogidos por un gestor autorizado que los envía a una planta de tratamiento.
Además se utilizan neumáticos reciclados en todas las operaciones de asfaltado que se están llevando a cabo a lo largo de esta legislatura, con el objetivo de dar salida a la gran cantidad de neumáticos en desuso que se generan diariamente en la región. Otro ejemplo del esfuerzo medioambiental realizado, son los trabajos de podas que son realizados por personal especializado en medio ambiente, contribuyendo a preservar la buena salud de los árboles, a la vez que se garantiza la seguridad vial evitando que la caída de ramas o la falta de visibilidad de las señales perjudiquen la conducción.
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