Europa va a duplicar su consumo de gas licuado, y España presenta la misma tendencia. El objetivo es pasar de 32 a 66 millones de toneladas anuales en algo menos de dos décadas. Unas sólidas previsiones de crecimiento que están fundamentadas en las cualidades del GLP -o gas licuado -, una energía versátil, eficiente, disponible en todo momento, accesible y respetuosa con el medio ambiente.
Según los expertos que participaron en este encuentro, el GLP posee un alto poder calorífico, lo que significa que contiene más energía por kilo que la mayoría de los demás combustibles. Además su perfil de emisiones contaminantes es menor que el de otras fuentes. El GLP genera menos CO2 que otros combustibles. También reduce la contaminación atmosférica porque prácticamente no produce emisiones de NOx, ni partículas. Según el Panel Internacional sobre cambio climático de las Naciones Unidas, el GLP no es un gas de efecto invernadero, lo que significa que su factor de potencial de calentamiento global es nulo.
Se estima que, sólo con el crecimiento previsto en el ámbito del autogás en Europa y la correspondiente disminución de CO2 vertido a la atmósfera (más de 300 millones de toneladas), se obtendrá un ahorro de 20.300 millones de euros en costes generales (derivados del cambio climático, contaminación, salud pública y otras consecuencias negativas), además de un ahorro de 41.000 millones de euros para los usuarios finales.
En la actualidad, Europa consume la cantidad de GLP que produce, lo que reduce la dependencia energética de terceros. Las reservas probadas de gas equivalen a unos 60 años al ritmo de producción actual y la seguridad en el suministro está garantizada.
Madrid capital mundial del gas licuado
Esta semana tuvo lugar en Madrid el Congreso Mundial del GLP, que fue inaugurado por S.A.R. el Príncipe de Asturias. En este foro internacional, organizado por la Asociación Española de Operadores de Gases Licuados el Petróleo (AOGLP), se afirma que el GLP liderará la sostenibilidad de los combustibles.
