Velocidad, adelantamientos indebidos, conducción bajo efectos de alcohol o drogas, uso del móvil, auriculares… son algunos de los factores de riesgo que se controlarán.
El 78% de las víctimas mortales por accidente en carretera del año pasado (1.514) se produjeron en vías sin separación de ambos sentidos.
Dichas vías que suponen más del 90% del total de kilómetros de la red de carreteras, son las más peligrosas y las que representan una más alta siniestralidad, pese a que la densidad de tráfico que soportan es menor que en vías desdobladas como autopistas y autovías.