Para abrir la jornada, el Secretario General de ATUC, Jesús Herrero, hizo referencia a las tendencias en materia de transporte público entre las que está la facilidad de acceso gracias a los nuevos soportes de los títulos o el modo en el que el viajero los obtiene. Ponía como ejemplo el trabajo que está realizando Google para ofrecer al usuario un título de transporte a la vez que está planificando su viaje con la información online. También habló sobre el proyecto que se lleva a cabo en Alemania para lograr un sistema paneuropeo de transporte público, que sea más rápido, moderno y fácil de usar.
Para poder realizar el pago del transporte público con tarjeta bancaria es necesario que los lectores de tarjeta sean compatibles con las tecnologías NFC y EMV, que es la que utilizan las tarjetas de crédito habituales.
La idea del pago con tarjeta bancaria es que los operadores migren de un mundo donde los clientes tienen que intercambiar dinero real en dinero de tránsito acumulado en un título de la empresa o un consorcio antes poder viajar, a un mundo en el que simplemente hacen tap con su tarjeta de crédito o débito emitida por el banco en el lector de tránsito.
El pago con tarjeta financiera se convierte en una herramienta útil tanto para el viajero como para el operador, que elimina la gestión del efectivo a bordo o en taquilla. En España la media de tarjetas bancarias por persona es de 1.5. De cada 3 transacciones comerciales realizadas en nuestro país, 1 es con tarjeta contactless. En 2016 llegaron a España 75 millones de turistas, que no disponen de abonos mensuales de transporte sino que generalmente compran billetes sencillos.
En Londres ya funciona con éxito el eso de este tipo de pago con tarjeta financiera. Se han realizado hasta la fecha más de 1,8 millones de viajes diarios usando tarjetas contactless. Más del 40% de los viajes en metro, tren y autobús se paga con tarjetas contactless. El 8% de los viajes se pagan con dispositivos móviles. Se han usado 19 milllones de tarjetas únicas de más de 100 países. Se han validado pagos por valor de 300 millones.
Experiencia en EMT Madrid
EMT Madrid quiso introducir el pago con tarjetas contactless en el Transporte Público para facilitar el acceso, evitando tanto el pago en metálico como la emisión del papel. Una vez introducido el pago con tarjeta contactless, los operadores de transporte público tendrán la capacidad de ofrecer, en fases posteriores, servicios vinculados a la fidelización y promoción que van más allá del propio sistema de pago. Tras el piloto inicial y posterior despliegue en la EMT de Madrid, el sistema podría ser implantado progresivamente en otros operadores de transporte bajo el aval y la prescripción de ATUC.
El proyecto duró 6 meses y se implantó en dos líneas, la 27 (que une un punto neurálgico de intermodalidad entre metro, cercanías y autobuses en la Plaza de Embajadores con el intercambiador de Plaza de Castilla pasando por la estación de Atocha y recorriendo los tres principales ejes verticales de la ciudad: Paseo del Prado, Paseo de Recoletos y Paseo de la Castellana) y la línea del aeropuerto. El precio aplicado al pago con tarjeta bancaria era de 1,50 euros y 5 euros respectivamente, la tarifa habitual.
Tras la adaptación necesaria de los equipos, se destaca como ventajas la buena percepción de la medida para los usuarios y la velocidad de entrada. Los nuevos terminales permiten leer todas las tarjetas sin contacto, tanto del operador como bancarias así como móviles con tecnología NFC.
La experiencia tras su implantación indica que en la línea 27, el 93% de las tarjetas bancarias usadas eran de origen español y el 5,69% extranjeras (4,52% de la UE y 1,17% de fuera de la UE). Hay un 0,87% de tarjetas no identificadas.
La línea del aeropuerto contó con un uso del 63,05% de tarjetas españolas frente al 35,69% de extranjeras (28,79% de la UE y 6,90% de fuera de la UE). Hay un 1,26% de tarjetas no identificadas.
Experiencia de Dbus (San Sebastián)
El operador Dbus también está realizando pruebas: en 2017 un piloto de pago EMV en 6 autobuses (líneas 16-45), en 2018 se hará la extensión del pago EMV al resto de la flota y en la tercera fase habrá alternativa adicional mediante pago con código QR, de 2018 a 2021 se implantará la fase 4 donde encontraremos diferencias tarifas entre pago en metálico y pago EMV-QR.
De momento solo se tiene resultados de la primera fase, la puesta en marcha en 2017. Ha durado un año y se ha aplicado a billetes ocasionales. Como primeras ventajas destaca el tiempo excesivo de los usuarios que pagan en metálico frente al nuevo sistema, la eliminación de incidencias por no disponer de cambio para devolver al usuario que no paga el importe exacto Incidencias en proceso de entrega de recaudación del conductor en las máquinas de autoliquidación y máquinas de cambios o en la recogida diaria de la recaudación e ingreso en cuenta bancaria. También se elimina el tiempo de presencia adicional del conductor (aprox. 5 minutos) durante el proceso de entrega de recaudación (incluido en el “Toma y Deje” 700 €/año-conductor), así como el Eliminar el “Quebranto de moneda”. Se verifica un incremento de la Velocidad Comercial (actual de 17,5 km/h, se podrían superar los 18 km/h)
Los datos de DBU indican que ha sido utilizado este sistema por el 4,5% de los usuarios que pagan billete ocasional y que del 9% de los potenciales usuarios el 50% no portan tarjetas EMV. El gran problema detectado es que hay un alto índice de impagos por rechazo de banco emisor, un 4,95%. Esta cifra está muy lejos de la que registra Londres (0,1%).
La experiencia de Reus Transport
Reus Transport ha observado que uno de los inconvenientes del pago con tarjeta en el autobús era la introducción del pin de la misma para hacer el pago, sin embargo, con el sistema de pago sin pin por debajo de 20 euros, el acceso es tan ágil como con una tarjeta sin contacto del propio operador o el móvil. Cuando los sistemas embarcados son abiertos, la integración es sencilla es su conclusión.
