El bus autónomo con el que King Long ganó el primer premio cuenta con una longitud de seis metros, capacidad para 12 pasajeros, una velocidad máxima de 69 km/h y una batería que permite cargarse completamente en 120 minutos. Se trata de un vehículo capaz de operar sin necesidad de un conductor humano confiando la navegación y el control del vehículo en tecnologías avanzadas tales como: sensores, 27 cámaras, sistemas de radar e inteligencia artificial.
La victoria de King Long en el desafío de autobuses autónomos fue el resultado de superar con éxito 20 pruebas diferentes evaluadas en base a cinco criterios principales: estrategia operativa, seguridad y protección, sostenibilidad y energía, experiencia del pasajero e interacción con los usuarios de la carretera. Entre las pruebas destacan las del cambio de carril de emergencia, navegar a través de una rotonda con obstáculos y superar a un vehículo averiado en medio de la carretera.
Este logro no es una sorpresa, dado el historial de los autobuses autónomos de King Long en servicio que operan en 35 ciudades chinas donde actualmente llevan recorridos más de 1 millón de kilómetros sin reportes de colisiones. Además, este mismo modelo ya ha dejado huella en la vecina Abu Dhabi facilitando el transporte de pasajeros alrededor de la isla de Yas.