Todas las ideas sometidas a debate y las conclusiones que se obtengan fruto de ese foro, serán remitidas a la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, así como al Ministerio de Fomento, la DGT y la Fundación Transporte y Formación.
Si bien todos los ponentes elogiaron los resultados de una buena formación y los beneficios que reporta a la propia empresa, también quedaron claras algunas matizaciones al respecto.
Desde el Comité Nacional de Transporte por Carretera, Miguel Martínez de Lizarrondo, matizó que las asociaciones profesionales creen que debe haber compatibilidad entre los cursos del CAP y los de recuperación de puntos del carné, pero que la formación reglada debe ajustarse más a la realidad empresarial. Al disociar la obtención del CAP inicial y el permiso de conducir, existe un desfase de edad para poder convertirse en conductor profesional. La formación reglada se impartiría entre los 16 y los 19 años, y el carné de conducir solo se obtiene a partir de los 18, pero aun contando con él es imposible ejercer hasta contar con el CAP. Es decir, se está retrasando la entrada de los jóvenes conductores.
José Luis Pertierra, Director FENEBUS, aseguró sentirse triste viendo que tras tanto esfuerzo en formación durante tanto tiempo, seguimos debatiendo sobre el modelo adecuado, sufriendo trámites burocráticos excesivos y con pocas ayudas. Añadía Pertierra que las asociaciones no pueden perder su razón de ser como defensoras de los intereses de los empresarios que forman parte de ellas para dedicarse casi en exclusiva a impartir cursos de formación.
José Manuel González, Director de Formación de Fenadismer, alertó sobre una cuestión muchas veces ignorada, las asociaciones hacen un gran esfuerzo para formar a los conductores, pero ellos mismos no saben que tienen la obligación de realizar esos cursos de reciclaje CAP.
Rafael Barbadillo, Secretario General de ASINTRA, insistió en que para su asociación, la formación es inversión puesto que repercute en la productividad y la imagen de la empresa. Asimismo, solicitó la separación del carné profesional y el personal para los conductores profesionales.
Luisa López, Secretaria General de ASTIC, apuntó que en Francia y Holanda ya se ha dado el paso de la profesionalización y habló sobre el proyecto Leonardo como marco de intercambio de experiencias y formación de formadores. En este punto fue muy crítico José Manuel Suárez, Director de Desarrollo de Alsa, al formular una pregunta: ¿Quién debe formarles a su vez? No se puede enseñar lo que se desconoce y quien les enseñe tendrá sus propios vicios adquiridos. Desde hace 25 años, ALSA apuesta por la formación continua de su plantilla. Suárez cree que hay que cuidar mucho los conceptos que se incluyan en los cursos de reciclaje cada 5 años, porque pueden ser reiterativos y no tener sentido.
Miguel Valverde, Secretario General de la CETM, insistió en que la formación a los conductores no es una cuestión de obligación impuesta desde Europa, ya que su asociación lleva realizando cursos especializados desde los años 70, de manera voluntaria, sobre todo para mercancías peligrosas. Coincidía con el representante de ASINTRA en que la formación se transforma en un retorno positivo para la empresa.
Miguel Adana, Presidente de Torcal Innovación y seguridad, considera que los conductores deben participar de las ayudas que destina la administración a su formación y poder elegir libremente el centro en el que desea recibir los cursos.
El Presidente de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, pidió que por el bien de la formación, no se entrara en el conflicto de intereses entre empresas transportistas y autoescuelas.
Más información en: ETRASA
