El proyecto, que aún no está en marcha, consistiría en instalar un sistema de cámaras en los autobuses para reconocer las matrículas de los vehículos privados que obstaculicen el carril. Previamente habrá una base de datos en las que se identifiquen autobuses y taxis, para evitar confusiones en las denuncias. Además de tomar la foto de la matrícula, se grabaría en video y toda esa información se enviaría a una base de datos para poder efectuar la denuncia correspondiente.
El sistema no influye en la labor del conductor, puesto que funciona de manera totalmente independiente.
El coste de la instalación de esta cámara en la zona frontal oscila entre los 10.000 euros y los 15.000 euros por autobús. En principio se pretende dotar de este sistema a 20 unidades.
Para que esta medida disuasoria sea una realidad será necesario llevar a concurso la idea y adjudicarla a una empresa para que pueda desarrollarla hasta finales de año y entrase en funcionamiento a principios de 2013.