El compromiso medioambiental, la competitividad del sector y la independencia energética son algunas de las cuestiones que han originado la implantación de políticas de I+D en Francia. Así, el acuerdo firmado por el Ministro de Industria francés en septiembre de 2011 con las empresas de autopistas, aparcamiento, comercio y distribución, establece diez premisas que la industria y los profesionales deben cumplir para proponer a los consumidores vehículos “verdes”, o productos y servicios asociados que cumplan con un alto nivel de rendimiento, calidad, simplicidad de uso y seguridad.
Iniciado en 2009, el Plan francés para el desarrollo de vehículos eléctricos e híbridos recargables ilustra el compromiso de los poderes públicos con los coches ecológicos. Además, el Programa de transporte terrestre plurianual (Predit N°4, dotado de 400 millones de euros) dedica, de media, el 50% de su capital a la producción de estos tipos de vehículos.
También se han impulsado grupos de trabajo que estudian cuestiones asociadas como las infraestructuras de recarga para esos vehículos eléctricos.
El parque francés de vehículos eléctricos, de pasajeros y comerciales ligeros, es el primero de Europa (15.000 unidades), y el tercero a nivel mundial, detrás de Estados Unidos y Japón.